Hemos entendido mal las cosas. Del mismo modo que como finalidad no estamos aquí para sufrir, tampoco estamos aquí para ser felices; y más teniendo en cuenta lo que hoy entendemos como felicidad: una vida fácil y regalada, cómoda, sin sufrimiento con abundancia material y hiperconectada.
Como finalidad no estamos aquí para ser felices, estamos aquí para ser útiles! Para servir. Para ayudar a avanzar en los grandes retos que tenemos entre manos, los cuales, por cierto, no tienen nada que ver con el 5G, los viajes a Marte o el hecho zambullirnos en el mundo subatómico. Tienen que ver con quiénes somos y cómo nos expresamos. Tienen que ver con la desigualdad, la precariedad, la injusticia y la destrucción del planeta. Tiene que ver con la pobreza y la explotación que todos y cada uno de nosotros expresamos cada día con nosotros mismos, el otro y los otros.
Como finalidad no estamos aquí para ser felices, estamos aquí para ser útiles! Para servir.
Ser útil és el resultat de mobilitzar, desplegar i expressar el nostre potencial; el qual, conjuntament amb l’impuls que ens porta sempre a anar més enllà de qui som i del que ens passa, ens és donat. Som útils quan posem al servei d’aquests verdaders desafiaments el nostre desenvolupament humà i per tant, com a conseqüència i no com a finalitat, esdevenim persones felices. Som persones felices quan descobrim qui som i ens hi posem al servei.
Ser útil es el resultado de movilizar, desplegar y expresar nuestro potencial; el cual, conjuntamente con el impulso que nos lleva siempre a ir más allá de quiénes somos y de lo que nos pasa, nos es dado. Somos útiles cuando ponemos al servicio de estos verdaderos desafíos nuestro desarrollo humano y por lo tanto, como consecuencia y no como fin, llegamos a ser personas felices. Somos personas felices cuando descubrimos quiénes somos y nos ponemos al servicio de ello.
Uno de los grandes males de nuestra sociedad es querer llegar a la felicidad "per se", de manera pasiva desde el sofá, viendo una serie de Netflix y con un pedido de Glovo a punto de llegar. Cuando el sistema, con nuestro beneplácito, convierte de manera deliberada y orquestada este "per se" en un derecho, la angustia y el vacío están servidos. Una verdadera estafa llamada industria del bienestar y la felicidad, que al mismo tiempo nos sirve en bandeja todas las propuestas teóricamente destinadas a solventar esta angustia y vacío. ¡Qué ironía!
Uno de los grandes males de nuestra sociedad es querer llegar a la felicidad "per se", de manera pasiva desde el sofá, viendo una serie de Netflix y con un pedido de Glovo a punto de llegar.
Para ser útiles debemos desplegar lo que somos y ponerlo al servicio de los verdaderos retos de nuestra humanidad. Pero, ¿quién puede desplegar lo es si no sabe quién es? Por lo tanto, si queremos ser útiles debemos contestar la única pregunta que urge ser contestada de verdad: ¿quién soy yo? El resto pueden esperar, esta no.
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